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En el desierto confiare y El hablara a mi corazón.

Hola de nuevo Mujeres Cautivantes, hoy quiero compartir con ustedes un estudio que creo que será de mucho ánimo para ustedes. Como les dije en el estudio anterior, nuestras vidas pasan por estaciones, como las estaciones del año y cada estación del año tiene sus beneficios para la existencia del ser humano. Así es simbólicamente en nuestra vida espiritual, cada temporada de nuestras vidas tienen sus beneficios y es necesario que en nuestro caminar con Cristo pasemos por tiempos buenos, pero también por tiempos adversos, tiempos de bendición, pero también tiempos de pruebas, Tiempos de ver los frutos en el señor pero también tiempos de espera. Todo se trata de Tiempos como lo dice en Eclesiastés 3.

Pero yo de lo que quiero compartirte hoy es sobre confiar en los tiempos difícil, como ya lo dije yo creo que la vida se parece mucho a las estaciones del año pero también creo que tenemos características simbólicas en nuestra vida cristiana como el clima en ciertos lugares ¿no lo crees? Bueno al grano. No quiero revolverte con tantos pensamientos que tengo, pero si quiero hablarte sobre cuando sentimos, que estamos en un desierto y tenemos que seguir confiando en Dios.

Cuando nuestra vida parece que está seca, que no damos frutos, que estamos en crisis, en problemas cualquiera que sean, cuando estamos en soledad y tenemos sed una sed que no se sacia con cualquier agua. Tenemos que seguir confiando en Dios.

Para ti que no eres cristiana. Que nos has tenido un encuentro personal con Cristo, tengo una buena noticia. Jesús tiene el agua que saciara tu sed y no solo eso sino que al beberla de tu interior correrán ríos de agua viva.- En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:37-38. Wow. ¡Qué esperas para beber!

Pero para nosotras las que hemos bebido de esa agua y estamos cansadas de estar cruzando por el desierto de pruebas de crisis y parece que no pudiéramos encontrar la salida, y nos está volviendo a dar sed. Déjame decirte algo; tal vez Dios te llevo a ese desierto para hablarte a tu corazón. Dios pretende que cada situación en la que El nos lleve, nos sirva como una herramienta de esculpir, como un cincel. Que esas circunstancias sean como fuego purificador que nos cambiara, nos transformara y consumirá los deseos que están estorbando el fluir de la vida de Cristo en nosotras y que está retrasando nuestro crecimiento.

En Oseas 2: 14 dice: Pero he aquí, yo la atraeré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Pero que grande y maravillosos es Dios que prefiere a traernos al desierto para hablar a nuestro corazón y hacernos recordar las grandes bondades que El ha tenido por nosotras. El cántico de alabanza que teníamos cuando nos saco de la esclavitud del Pecado. ¿Aun lo recuerdas? ¿Ese cántico nuevo que tenías en tus labios? Pero ahora que estamos en el desierto, nos está dando sed. ¡Oh no! No te preocupes. No eres la única que ha sido llevada al desierto, a mi también me ha llevado y muchas veces. El prefiere llevarme al desierto que dejarme en el olvido en un mundo lleno de maldad. Y para serte sincera, yo lo prefiero también.

El no nos avienta sin pensar en medio de circunstancias desagradables para castigarnos o atormentarnos. Lo hace para prepararnos para la vida victoriosa que hay en Cristo. En realidad lo que hace que sintamos una gran sequedad y conflicto en nuestros corazones y en la mente, es nuestra reacción al trato de Dios con nosotras. Que gozo y seguridad produciría en nosotras si pudiéramos reconocer que cada experiencia devastadora de la vida, Dios esta simplemente preparando nuestros corazones para grandes conquistas y frutos en los días que vendrán.

Dios quiere hablarte en el desierto y necesitas tener tus oídos atentos a la voz de Dios. Dios te ha llevado allí con ese propósito. Antes de que nos estemos quejando porque las cosas no han salido como queríamos, o las personas no son como queremos o como pensábamos, antes de que nos quejemos por nuestras circunstancias cualquiera que sean. Detente un momento y escucha a Dios. ¿Qué quiere El señor enseñarte? ¿Qué quiere el señor mostrarte? ¿Qué quiere el señor quitar de ti? ¿Qué quiere el señor de ti? Algo muy interesante es que una de las palabras hebreas que significan «desierto» quiere decir literalmente «el lugar en donde Dios habla». Deja que Dios hable en tu desierto, deja que Dios hable a tu vida en ese lugar donde estas, deja que el señor te instruya y no seas desobediente a su voz. “Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes” Salmo 40:17

"¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado?"Cant. 8:5. Amiga mía, Dios piensa en ti. El camino más corto puede tener cosas con las que no puedas lidiar. Dondequiera que ahora estés es el camino que el Señor ha escogido para ti. Y en eso debes tener paz. Porque Dios guía tu camino, aunque parezca un camino desértico. Él solo escoge lo mejor para ti. Y lo mejor es estar cerca de Él, aunque el camino parezca ser un poquito más largo. El propósito es NUNCA acortar las promesas. Las promesas vendrán, porque Dios ha HABLADO. El camino de tu vida puede que no sea exactamente como lo has planeado. Pero puedo decirte, es como DIOS lo planeó. Es DIOS quien lo pensó así para Ti y siendo así, es lo mejor. Levántate, camina esa senda, vive por hoy, no te preocupes por el mañana y Dios guiará tu vida. Dios de nuevo abrirá un camino en el desierto. Y aunque no entendamos todavía seguiremos confiando en Dios. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías. 43:19.


Isaías 30:18. Por tanto, el SEÑOR espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el SEÑOR es un Dios de justicia; ¡cuán bienaventurados son todos los que en El esperan!

Cantares 1:4. Llévame en pos de ti y corramos juntos. El rey me ha conducido a sus cámaras.

Isaías 35:3,4. Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodillas vacilantes.…


Dios te bendiga tu amiga Pilar.





 
 
 

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