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Serie #3. Esperando el tiempo de Dios.



Otra vez con ustedes mis bellas amigas Mujeres Cautivantes. Seguimos con la mini serie “Esperando el tiempo de Dios” Estoy muy agradecida con el señor por poner en mi corazón hacer este Blog, y seguir haciendo los estudios cada semana, para ustedes que leen los mensaje. Y confió que de alguna manera Dios me usa para hablar a sus vidas. Solo Dios sabe lo que necesitamos y la palabra que necesitamos, en un momento determinado. Y Dios que es Fiel envía su palabra a tiempo.

Seguimos con el versículo 2 de capítulo 3 de Eclesiastés. Anteriormente hablamos del tiempo de nacer y tiempo de morir. Pero ahora como nos marca el versículo miraremos, los tiempos para sembrar y cosechar. Empecemos.

V. 3:2. Un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar.

Un tiempo para sembrar. Es interesante que el tiempo de sembrar y cosechar, se encuentre en el mismo versículo donde nos habla de nacer y morir, creo que porque tiene una semejanza. Pero vamos a ver un poco más. Salomón que es el autor de este libro en este verso cubre lo que es toda la agricultura. El había observado y analizado todas estas cosas y se da cuenta que el sembrar esta unida con las épocas y estaciones del año. O sea, había un tiempo perfecto para sembrar, si no se sembraba en el tiempo perfecto dependiendo la semilla o el fruto que se quería, la cosecha sería un desastre. Ahora vamos a ver en qué consiste la siembra. Consiste en enterrar las semillas sobre el suelo o subsuelo para que, a partir de ellas, se desarrollen las nuevas plantas. Hay que saber sembrar bien, si queremos que nuestras plantas crezcan en el lugar adecuado y, con las condiciones adecuadas. Creo que con esta definición nos queda muy claro lo que es Sembrar, pero vamos a regresar a El tiempo de sembrar. El tiempo o temporada como ya la habíamos visto en la primera serie, es muy importante, para sembrar. Pero el tiempo de espera es aun más importante. Porque a la semilla se le tiene que dar el tiempo para su germinación en la tierra en primer lugar y después tener los cuidados en su crecimiento hasta el tiempo de la cosecha. Esto requiere del agricultor, mucha paciencia, perseverancia, y mucho trabajo. Entonces la siembra no puede interrumpirse si no que se le debe de dar el tiempo para su germinación y crecimiento. Así como un embarazo no puede ser interrumpido, aquella semilla que ha sido plantada tampoco.


De esto sale una gran enseñanza para nosotras. Así como el agricultor tiene que esperar con paciencia y perseverancia, con mucho trabajo y amor la temporada de sembrar y cuidar para el tiempo de cosecha. Así también nosotras Mujer Cautivante. Necesitamos seguir sembrando, que sembraremos El bien. O sea seguir haciendo el bien… No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9. Aunque no miremos el fruto necesitamos seguir confiando que tarde o temprano miraremos el retoño. Cuando la semilla es enterrada en el suelo antes de dar el retoño crecen sus raíces hacia abajo. No podemos ver con claridad lo que está pasando mientras esta germinando, pero en el tiempo perfecto se dejara ver la plantita. Así nosotras amigas tenemos que esperar el tiempo perfecto de Dios y no interrumpir el proceso, dejar que Dios quien es Fiel cumpla su voluntad en nuestras vidas y en nuestros tiempos.


El tiempo de cosechar. ¿Qué es cosechar? son los Frutos o producto que se obtienen después de un proceso y un tiempo determinado. En el tiempo de cosechar se verá reflejado el fruto. Después del gran esfuerzo y trabajo el agricultor vera el fruto de todo su trabajo y lo verá en la calidad y la cantidad que vaya a cosechar. La palabra de Dios dice que: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Salmos 126:5. Hay un ánimo para aquellos sembradores que trabajaron duro, y cuidaron su cosecha. Pero también habrá consecuencias para aquellos agricultores que no invirtieron tiempo, ni trabajo y que interrumpieron el proceso del fruto. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará, porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eternal. Gálatas 6:7-8.

Y bueno de esto podemos aprender que hoy en día, estamos sembrando:

1. O sembramos para la carne, “porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción” – Gálatas 6:8 a. Esto implica las obras de la carne en Gálatas 5:19-21 (Efesios 5:5-7)

2. O sembramos para el Espíritu – “pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eternal “– Gálatas 6:8b. Esto implica caminar en el Espíritu – “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais” – Gálatas 5:16-17. Por lo tanto, el que siembra para el Espíritu del Espíritu segará vida eterna, vida abundante, la salvación. También cosechará los frutos del Espíritu, que es: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí mismo” – Gálatas 5:22-23.

Debemos sembrar para el espíritu haciendo el bien a todos, especialmente a los hermanos – “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y especialmente a los de la familia de la fe” – Gálatas 6:10.

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”- 2 Corintios 9:6-7.


Lo que se cosechara mañana será debido a las decisiones que tomamos cada día. (A los que sembramos) Podemos cambiar si no nos gusta lo que estamos sembrando hoy. Podemos venir a Cristo y Él nos ayudará a hacer de Él, Señor y Salvador de nuestras vidas.

“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:1-2.

Así que por medio de su presencia nos convertimos en una persona nueva. Habrá una transformación en nuestras vidas cuando vivamos bajo su señorío, y cuando esto suceda, querida mujer Cautivante tú lo sabrás, también otros lo sabrán y todos se darán cuenta de la fuerza transformadora del Espíritu Santo que mora en Tu vida. Cautivaras por tu hermosura. Pero debemos hacer una reflexión hoy, vernos a la luz de la palabra y preguntarnos y contestarnos con toda sinceridad. ¿Qué ocupa y domina mi vida, pensamientos, deseos y acciones de cada día? ¿Mi meta es agradar a Dios y Salvador en todo lo que digo, pienso y hago? ¿Todavía estoy dirigiendo mi vida a mi manera? ¿Estoy sembrando en mi carne en mi espíritu? ¿Estoy confiando plenamente en Dios, sin interrumpir la obra que él está Haciendo en mí? ¿Confiando que sus tiempos son perfectos?

Mi querida Amiga Mujer Cautivante. No te canses de sembrar el bien, Dios lo ve y Dios conoce tus esfuerzos. Todo lo que haces para El. Aun lo que no es reconocido por otros. Dios si lo reconoce. Para Dios aun tus suspiros, no le son ocultos. Ten la plena confianza de que aunque no mires los frutos. Aunque no hayas levantado la cosecha aun. Ten Fe que la cosecha será abundante porque estás haciendo la voluntad de Dios. Y si no es así es tiempo el tiempo favorable para cambiar y sembrar en el Espíritu.

El que siembra para el Espíritu del Espíritu segará vida eterna, vida abundante, y la salvación.


Dios te bendiga, tu amiga Pilar García.



 
 
 

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